Como novedad en este curso hemos comenzado a trabajar con Aprendizaje Cooperativo en todas las clases de Educación Primaria y Secundaria. Los primeros cambios que se han producido han sido físicos, el aspecto de las aulas ha sido diferente: los alumnos se sientan en equipos de cuatro compañeros, así como las clases y pasillos se han ido llenando de carteles y murales que hacen referencia a esta nueva forma de trabajar.
La norma fundamental es que siempre que algún alumno tiene alguna duda, primero la debe consultar con sus compañeros de equipo. Y que cuando alguno pregunta algo a otro, éste tiene que intentar ayudarle; si no lo entiende ninguno, entonces preguntarán al profesor. Para facilitarlo existen reglas sobre el respeto a las opiniones de los demás, el nivel de ruido, la organización del equipo, el turno de palabra…
Para organizar el equipo, cada miembro tiene un rol (supervisor, coordinador, secretario y portavoz), que posibilita que desempeñen funciones diferentes y que consigan que el equipo funcione mejor. Esto motiva a los alumnos a superarse en la entrega de tareas, estudio diario, comprensión de los contenidos, respeto entre compañeros, silencio… Con el objetivo de fomentar el trabajo en grupo establecemos bonificaciones para ver si consiguen lograr el reto que se pone al comenzar cada semana.
Durante las sesiones de clase se trabaja con una serie de técnicas cooperativas que estimulan la participación de todos los miembros e implican a cada uno en ser protagonista de su propio aprendizaje. Algunas resultan sencillas, se pueden ejecutar en unos minutos, como: “parada en tres minutos”, “lectura compartida”…; otras más complejas, pueden durar toda la sesión, como: “1-2-4”, “los sabios”,…
Esta metodología permite prestar una mayor atención individualizada a todos los alumnos ya que, mientras el resto de la clase está trabajando de forma autónoma por equipos, el profesor puede pasarse atendiendo dudas y controlando el avance de cada uno. Otro importante beneficio de esta forma de trabajo es que los alumnos desarrollan mucho más todas sus capacidades, pues, estimula y potencia las inteligencias múltiples. Además permite aprovechar la alternativa, válida para diferentes ocasiones, en las que los chicos comprenden mejor una explicación entre “iguales”; y, al tener que hacerse entender, desarrollan sus estrategias y estructuras mentales para conseguir que su compañero lo comprenda.
