¡Nuestra primera excursión de 4 años!
¡Los niños y niñas de infantil 4 años nos hemos ido de excursión! El autobús de Micky y Minnie nos estaba esperando en el patio para llevarnos al Invernadero La Encina. Ya el día ha comenzando genial, en el autobús hemos podido ver el paisaje con vacas, ovejas, edificios…
Cuando hemos llegado a La Encina estaba Miguel esperándonos para continuar la aventura. Lo primero que nos enseñó fue unos grandes y viejos olivos que tiene incluso más de 40 años.
Después aprendimos que las plantas, al igual que las personas, se ponen malas y necesitan medicamentos para curarlas, minerales para crecer y agua para cuando tienen sed. Aprendimos que todas ellas nacen de semillas, y que las hay de distintos tamaños, formas e incluso colores.
Después , en la zona del invernadero conocimos las plantas que necesitan tener una temperatura distinta a las demás. Estas plantas las pudimos oler ( qué olores tan distintos y relevantes) y las pudimos tocar para que su aroma quedase en nuestro cuerpo como si fuera colonia.
Para terminar, aprendimos a transplantar una planta, lo hicimos tan bien que nos la hemos podido traer a clase. Ahora tenemos con nosotros una planta que se llama alegría, que tenemos que cuidar y mantener.
Justo, nuestro conductor del autobús, nos estaba esperando para traernos otra vez al cole y poder contar la excursión a nuestros compañeros y profesores del cole.
¡Qué día tan divertido! ¡Cuántas cosas hemos aprendido!




cántabro. A continuación, el Centro Botín, con la explicación de la motivación del arquitecto Renzo Piano para su innovador diseño. Los restos del antiguo muelle permitieron proseguir el paseo hasta los monumentos a dos de los hitos más significativos: la explosión del barco Cabo Machichaco y el incendio de Santander. La visita a la iglesia del Cristo permitió reconocer los asentamientos romanos y las reliquias de los patronos: los santos Emeterio y Celedonio. El claustro y la catedral posibilitaron recordar las figuras del gran lector y escritor Marcelino Menéndez Pelayo, la peste que asoló a la capital de Cantabria en el siglo XVI y el altar dedicado a los Hermanos de la Salle Manuel Seco y Román Martínez. El final de la ruta fue en el Ayuntamiento, donde contemplaron la reproducción del grabado de Braun de 1570. Esta actividad ha permitido repasar la línea cronológica de la historia de nuestra ciudad y relacionarla con los lugares donde ocurrieron. 





