69 estudiantes de 4º de ESO junto con sus profesores disfrutaron de un emocionante viaje a Barcelona durante cinco días en los que realizaron varias actividades. La aventura comenzó con una visita a la Basílica de la Sagrada Familia, donde quedaron maravillados por su impresionante arquitectura. Luego, exploraron el fascinante mundo marino en el Aquarium de la ciudad.

El segundo día, se dirigieron al icónico Parque Güell, diseñado por el famoso arquitecto Antoni Gaudí, donde se sumergieron en un paisaje de fantasía y color. Además, tuvieron la oportunidad de conocer la Universidad La Salle de Barcelona, donde descubrieron más sobre las nuevas tecnologías y su orientación académica.

Sin embargo, el punto culminante del viaje fue un día lleno de diversión y adrenalina en el parque temático de Port Aventura y FerrariLand. Allí, montañas rusas de vértigo, espectáculos en vivo y atracciones emocionantes los mantuvieron entretenidos durante horas.

Este viaje no solo les permitió a los estudiantes explorar lugares increíbles, sino que también les brindó la oportunidad de crear recuerdos inolvidables junto a sus compañeros y profesores. Sin duda, una experiencia que siempre recordarán con mucho cariño.

El pasado viernes 5 de abril el alumnado de 2º de Bachillerato realizó una salida cultural al Teatro Calderón de Valladolid con el fin de asistir a la representación de La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. La obra, una reinterpretación del Centro Dramático Nacional dirigida por Alfredo Sanzol, hizo disfrutar a los presentes y contribuyó a fijar los contenidos estudiados en el área de Lengua y Literatura: el denominado aprendizaje significativo.

Este “Drama de mujeres en los pueblos de España” forma parte del temario de la Ebau, por lo que solo queda desear que aparezca en la prueba del próximo junio para que los alumnos aprovechen esta experiencia extra y hagan alarde de sus  conocimientos.

Un amplio grupo de alumnos de 1º de Bachillerato viajaron entre los días 1 y 5 de abril a Portugal. En total, 56 chicos y chicas y 4 profesores vivieron esta experiencia y disfrutaron del encanto, los paisajes, la cultura y la gastronomía del país vecino.

Las dos paradas principales del recorrido fueron Lisboa y Oporto, pasando la expedición dos noches en cada una de estas ciudades. Con los recorridos turísticos guiados por sus centros históricos pudieron conocer su historia, sus características, algunas curiosidades y su arte. Hubo tiempo también para pasear libremente y visitar algunos de sus lugares más emblemáticos. En Lisboa conocieron el Monasterio de Los Jerónimos, la Torre de Belem, o el MAAT, entre otros. En Oporto pasearon por el puente Luis I y disfrutaron de un crucero por el Duero. Además, otras localidades como Nazaré, Ciudad Rodrigo o León fueron parte del itinerario realizado en estas jornadas.

Han sido en resumen unos días muy especiales en los que se convive de una manera diferente, y que a buen seguro dejarán buenos recuerdos a todos los participantes.

Durante cuatro días intensos, del 28 al 31 de marzo, el Monasterio de Santa María de Candepajares se ha convertido en el hogar fraterno de casi 300 personas animadas por la experiencia y el reencuentro. El grupo cristiano de BACH junto a un grupo de animadores del centro participaron en este encuentro. La Pascua juvenil del desafío de Jesús, bajo el lema "Siempre doy gracias a Dios por vosotros" (1 Cor. 1-4), atrajo a hermanos de La Salle, jóvenes de los grupos cristianos, animadores y familias, creando un ambiente de vida compartida y reflexión enriquecedoras.

Guiados por el sacerdote Secundino Movilla, los participantes vivieron intensamente el Triduo Pascual, sumergiéndose en las diferentes celebraciones que recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Junto a las celebraciones, la Pascua juvenil ofreció espacios de encuentro y diálogo, donde los presentes pudieron compartir sus experiencias de fe y animarse mutuamente en el camino personal.

En la tarde del Jueves Santo, mientras el sol se ocultaba en el horizonte y la luz se tornaba tenue, los participantes se sumergieron en una reflexión profunda sobre el amor fraterno. Modelando arcilla con sus manos, simbolizaron la fragilidad humana y la necesidad de reconocerse como seres moldeables, conscientes del barro que somos cada uno. En esa introspección colectiva, se forjaban lazos de solidaridad y compasión, recordando que en la unión fraterna radica la fuerza para afrontar los desafíos del mundo.

El Viernes Santo fue un tiempo para apoyar la vida en el madero, y reconocer que la medida del amor incondicional es el amor sin medida. Tres fueron las claves de esta intensa jornada, donde se hizo eco de manera especial el camino de Jesús hacia la cruz, las cruces del mundo en el que vivimos, y también las cruces personales.

Y así, entre celebraciones compartidas, cánticos de esperanza y gestos de amor, la Pascua juvenil del desafío de Jesús cumplió su propósito: renovar el espíritu y fortalecer la fe de quienes participaron en ella. A medida que los días pasaban y la celebración llegaba a su fin, una certeza resonaba en los corazones de todos los presentes: seguimos amenazados de vida y, más que nunca, seguimos amenazados de resurrección.