Hace veinticinco años Beatriz -Bea para todos nosotros- aceptó el reto de dar clase de Dibujo Técnico a los alumnos de COU del colegio La Salle de Santander. Futuros ingenieros y arquitectos que tendrían como profesora a una mujer joven que no se arredró ante la propuesta, y que satisfizo las expectativas no solo de alumnos y familias sino también del hermano Juan, Jefe de Estudios de Bachillerato, que al principio entraba en sus clases, se sentaba al fondo y seguía atento la marcha de las mismas. Este Hermano entendió que Bea no necesitaba tutela alguna, ya que su dedicación y carácter cercano le granjearon rápidamente el respeto de los preuniversitarios a los que desde el primer día y hasta hoy ha ido llevando con tiento firme y certero hacia el éxito, tanto en Selectividad, EBAU u Olimpiadas de Dibujo Técnico. 
Cuando al principio hablábamos de reto, no hablábamos gratuitamente. Además de ser una mujer en terreno habitualmente de hombres, Bea venía de Bellas Artes donde no se veía dibujo técnico, así que hubo de trabajar duro, muy duro el primer año, para adueñarse de la asignatura y enseñarla con la profesionalidad y honestidad que ella misma se exigía.
Pero con el permiso de diédricos y proporcionalidades áureas, aunque sin salirnos por la tangente, preferimos coger el punto de fuga que conduce a su vertiente artística, ejercida, además, con total generosidad. Y es que Bea es el referente artístico para los profes: no hay corcho, aula, lema de curso, cartel, escenario de obras de teatro desde Infantil a Secundaria, maquillaje de personajes que no lleven su impronta y buen gusto. Y lo mejor es la naturalidad con la que lo hace. Tú estás sufriendo ahí con un papel, una manley… que no te sale nada….la miras …le dices …Beaa…y ella, rápidamente responde: “Anda, quita mujer, ya te lo hago yo” . Y va y lo hace, como si no le costara nada, y además le queda genial… y tú vas y te mueres de la envidia. Pero antes, mucho antes ya has dado las GRACIAS porque trabaja en tu colegio, porque es tu compañera, y porque todos los sentidos disfrutan con el color que ella desprende.
gicas no eran muy prometedoras, la mañana fue espléndida, salió el sol pero el tamaño de las olas fue inmenso, lo que complicó a nuestros alumnos/as la posibilidad de dejarse llevar por las olas y ponerse de pie. A la fuerza de las olas se unió la fuerte corriente que aumento la dificultad de la actividad.
