Son muchos los jóvenes y familias que han pasado por la experiencia de la Pascua del desafío de Jesús en sus más de 40 años de historia. Y este año, inmersos en un tiempo en el que la pandemia parece ofrecer algo de tregua, no podía ser menos. Las circunstancias sanitarias no han hecho posible que la experiencia se celebrase en Bujedo -lugar tradicional de este encuentro- y por ello, los diferentes delegados de pastoral de la zona noroeste, han planteado varios encuentros en un formato más reducido en aforo.
Desde Santiago de Compostela, María Chao (Delegada de Pastoral) junto a la comunidad de asociados Parmenia y un nutrido grupo de jóvenes; desde Santander, los asociados Teo y Pilar junto a los chicos de los grupos cristianos de BACH; desde el Colégio de São Caetano de Braga, jóvenes, hermanos y asociados celebraron la habitual Páscoa Jovem y en la ciudad de Valladolid -coordinados por el H. Rafael Palomera (Delegado de Pastoral de la zona noroeste)- se congregaron alrededor de 150 jóvenes y adultos de Gijón, Burgos, Palencia, Lourdes y La Salle Valladolid.
Junto a la vivencia local del Triduo Pascual, también hubo momentos de encuentro común entre las diferentes zonas. Al inicio de cada jornada, el H. Rafael Palomera junto a un grupo diverso de animadores de las diferentes zonas, se encargó de amenizar y presentar el sentido de cada día con el fin de ayudar a los presentes a vivir la jornada. Y, por supuesto, no podía faltar el testimonio; en esta ocasión, le tocó el turno a dos hermanas de la Congregación Francesa de Santa Catalina de Siena, que compartieron su labor de atención a peregrinos en Hontanas, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos.
Después de dos años sin poder celebrar de manera presencial, bien merecidos fueron los diferentes reencuentros. Se amasó el pan, se lavaron los pies, se partió y repartió el pan, se puso la vida cerca de la cruz y se celebró que cada corazón es abrazado por Dios en la resurrección. Volvimos a vernos para celebrar juntos, y este es nuestro mejor regalo. Nos veremos el año que viene, allá por el 2023, para vivir la vida y la fe juntos en Bujedo.