Hace pocos días nos hacíamos eco en las redes sociales del colegio del fallecimiento del Hermano James Kimpton. Varios medios de comunicación informaban de la muerte de un misionero de 92 años de edad en Reaching the Unreached ,Llegando a los Excluidos, la organización que fundó en la aldea de G. Kallupatti, India. Este Hermano de La Salle fue un ejemplo de vida para los que le conocieron. Durante más de 65 años, el Hermano James marcó una diferencia en la vida y el bienestar de innumerables niños y familias indigentes en las aldeas rurales del sur de la India y Sri Lanka, mediante la dedicación de su propia vida al servicio de las personas más pobres. No es frecuente que una sola persona sea capaz de tocar tantas vidas de manera tan positiva.
Su funeral congregó más de 100.000 personas de las aldeas de Tamil Nadu. Entre los presentes muchos ex-internos de las aldeas infantiles para huérfanos de Reaching the Unreached, que ahora son profesionales en toda la India, acudieron para presentar sus respetos, junto con los jefes del gobierno y personalidades de todo tipo.
Sus restos descansan en el pequeño cementerio de Anbu Ilam, la primera aldea infantil que construyó, entre las tumbas de los niños que estaban demasiado desnutridos cuando llegaron a la institución o que murieron más tarde de SIDA. Deja en herencia una organización pujante en la India, dirigida por un Consejo Ejecutivo y un personal enteramente local, muchos de cuyos miembros crecieron en Reaching the Unreached y trabajaron al lado del Hermano Kimpton por muchos años.
Los voluntarios de PROYDE que cada año acuden a la India, conocían bien al Hermano James y su trabajo en esta región. Siempre que les era posible se encontraban con él para saludarle y para conocer de él en persona su compromiso con los excluidos.
