VOLUNTARIADO VERANO
Ya han pasado diez días desde que llegamos a la India. Podíamos escribir decenas de páginas sobre nuestras primeras impresiones y nunca encontraríamos las palabras para poder definir esta realidad. Nuestro primer contacto fue en Calcuta, ciudad sinónimo de gente, ruido, color, olor, pobreza, miseria y sonrisas. Allí fuimos testigos de cuanta gente dedica parte de su vida (y en ocasiones su vida entera) por los demás, sin esperar nada a cambio, solo el aliviar por unos momentos la dura realidad que se vive allí. Visitamos orfanatos, leproserías, centros de discapacitados…en los que la mayoría estaba presente la figura de la Madre Teresa. Días inolvidables que no hubieran sido posibles sin la maravillosa acogida de Pushpa, hermana de los Sagrados Corazones, con la cual tuvimos la oportunidad de conocer la Calcuta más profunda.