A la cueva de Altamira le corresponde el privilegio de ser el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico superior, y a los niños/as de 1º de Primaria del colegio la Salle de Santander, el privilegio de disfrutar de Altamira, de su calidad, magnifica conservación y frescura de sus pigmentos.
Se Pudo disfrutar del yacimiento arqueológico y de la sala de policromos, localizado en la entrada de la cueva. Más adelante, en la Gran Sala, se pudo ver las grandes pinturas.
Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, ahora los alumnos, fueron los que habitaron la cueva durante más de 2 horas como si fueran auténticos habitantes de la época.
En uno de los momentos de la visita, se elaboró un trabajo manejando las diferentes técnicas utilizadas hace 19.000 años y hasta 35.000 años, grabado de contorno, dibujo de línea negra con carbón, relleno con pintura roja o amarillenta…
Un visita interesante y única, debido a la realización artística del genio humano y testimonio de una civilización ya desaparecida.