Nada define mejor a La Salle que el sentimiento de fraternidad. Desde las primeras comunidades de Hermanos que tuvieron su origen en la Francia de Luis XIV-XV hasta el presente, han pasado más de trescientos años llenos de dedicación, escuela y servicio educativo a los más jóvenes. Esta historia, nuestra Historia, pone el acento de manera especial, tal y como ilustra el logotipo del Tricentenario, en seguir siendo un solo corazón, un compromiso y una vida.
Trescientos años de historia y la voluntad de seguir siendo familia lasaliana son los principales motivos que han convocado, el pasado fin de semana del 29, 30 y 31 de marzo, a toda la Comunidad de Asociados al Instituto Lasaliano en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Un encuentro en el que participó Teo, profesor del colegio asociado al Instituto. El escenario, aunque atípico en los encuentros del Distrito ARLEP, ha permitido a los asistentes generar un contexto idóneo para compartir inquietudes sobre la misión educativa, la vida en comunidad y el futuro del Instituto a la luz de la historia del Fundador.
Desde “el sueño de Reims” hasta “el regalo de Parmenia”, son muchos los hitos de la vida de La Salle que siguen alumbrando la vida de los educadores. Una luz muy intensa que busca seguir haciendo de la Escuela y de la Iglesia un espacio vivo de comunión para todos lo que formamos parte de esta gran familia.