H. Alvaro Rodríguez, Superior de La Salle, envía un mensaje de despedida al Papa Benedicto XVI
![]()
Roma, 25 de febrero, 2013
 
Su Santidad Benedicto XVI
Ciudad del Vaticano.
 
Santidad:
En este momento delicado y fuerte de Su Ministerio Petrino deseo renovarle mis sentimientos personales de devoción filial y de agradecimiento sincero por la grande y meritoria obra desplegada por usted en estos 8 años al frente de la Iglesia universal. Se une a mí toda la Familia Lasaliana, formada por cinco mil religiosos, ochenta mil docentes y el casi un millón de alumnos dispersos por el mundo.
No deseo ocultarle que para todos nosotros es éste un momento lleno de emoción y de tristeza, aunque sostenido por una fe profunda, conscientes de que el Señor actúa para nuestro bien y para el bien de su Iglesia, aun cuando no seamos capaces de comprender plenamente sus planes.
Por eso, nuestro profundo agradecimiento se dirige ante todo al Señor por haber reservado a nuestra época, tan desorientada y turbada, un pastor sabio, prudente, humilde y santo, que ha sabido transmitir a la humanidad, con gran generosidad y lucidez, las imperecederas enseñanzas de Cristo.
El agradecimiento se hace luego extensivo a usted, Santidad, por la forma cómo ha sabido secundar los designios de Dios sobre usted. El Señor le recompensará.
Felicitaciones sinceras por la meritoria obra que seguirá desarrollando entre nosotros con su oración y con sus escritos: Santidad, la humanidad sigue teniendo deseo y necesidad de usted.
Le saludo en Cristo, junto con toda la Familia Lasaliana.
Hermano Álvaro Rodríguez Echeverría
Superior General
Roma, 25 de febrero, 2013
Su Santidad Benedicto XVI
Ciudad del Vaticano.
Santidad:
En
 este momento delicado y fuerte de Su Ministerio Petrino deseo renovarle
 mis sentimientos personales de devoción filial y de agradecimiento 
sincero por la grande y meritoria
 obra desplegada por usted en estos 8 años al frente de la Iglesia 
universal. Se une a mí toda la Familia Lasaliana, formada por cinco mil 
religiosos, ochenta mil docentes y el casi un millón de alumnos 
dispersos por el mundo.
No
 deseo ocultarle que para todos nosotros es éste un momento lleno de 
emoción y de tristeza, aunque sostenido por una fe profunda, conscientes
 de que el Señor actúa para
 nuestro bien y para el bien de su Iglesia, aun cuando no seamos capaces
 de comprender plenamente sus planes.
Por
 eso, nuestro profundo agradecimiento se dirige ante todo al Señor por 
haber reservado a nuestra época, tan desorientada y turbada, un pastor 
sabio, prudente, humilde
 y santo, que ha sabido transmitir a la humanidad, con gran generosidad y
 lucidez, las imperecederas enseñanzas de Cristo.
El
 agradecimiento se hace luego extensivo a usted, Santidad, por la forma 
cómo ha sabido secundar los designios de Dios sobre usted. El Señor le 
recompensará.
Felicitaciones
 sinceras por la meritoria obra que seguirá desarrollando entre nosotros
 con su oración y con sus escritos: Santidad, la humanidad sigue 
teniendo deseo y necesidad
 de usted.
Le saludo en Cristo, junto con toda la Familia Lasaliana.
Hermano Álvaro Rodríguez Echeverría
Superior General