Del 18 al 22 de abril ha tenido lugar la Semana Vocacional en el colegio. Una forma más intensa de seguir reflexionando sobre nuestra vida, ir descubriendo lo que nos hace felices y conocer el proceso vocacional de personas que ya han recorrido parte del camino. Y todo ello principalmente a través de la reflexión de la mañana, la tutoría y de diferentes testimonios adaptados a cada curso.
En 1º de Secundaria los alumnos tuvieron la oportunidad de escuchar el testimonio de Jaime, antiguo alumno, componente del grupo universitario y animador de grupos cristianos. Paco, otro año más, habló a los chicos de 2º ESO sobre su vocación como educador. En 3º ESO, Pili y Teo compartieron su proceso vocacional. Aprovechando la estancia del H. Guillermo, responsable de pastoral del Sector de Valladolid, los chicos de 4º de ESO pudieron conocer su experiencia personal y su proceso de fe. Los alumnos de 1º de bachillerato, acompañados de sus tutores, realizaron una visita al Monasterio de Suesa donde la Monjas Trinitarias compartieron su experiencia de fe y vida. Desde aquí agradecemos a la Comunidad su acogida y todas la facilidades dadas para poder tener esta visita. Finalmente, los más mayores, los alumnos de 2º de bachillerato escucharon el testimonio del H. Rafa, encargado de pastoral del colegio de La Salle de Los Corrales.
A todos ellos muchas gracias por compartir con los chicos un momento y sobre todo, su experiencia personal.



que nos llevan a ser quien somos. Porque constantemente estamos eligiendo caminos, cómo usar el tiempo, qué palabras decir y cuáles callar, a quién dar cancha en la vida o no. Por eso, ojalá elijamos la vida. El camino de Jesús es paradójico. Muchos podrían pensar que se equivoca. Que si calla, si otorga, si elige crear menos polémica, si es prudente, si no va a Jerusalén, o si una vez allí acepta la mano que le tiende Pilatos… entonces seguirá vivo. Y por lo mismo, podrá hacer el bien. «¿Qué vas a ganar con eso, Jesús?, solo conseguirás que te maten» podría muy bien ser el comentario de alguno de sus más cercanos. Pero en su decisión hay una opción y una apuesta por la vida. No por una vida mediocre, sino por una vida vivida desde la libertad, la justicia y la búsqueda de la verdad. La resurrección de Cristo contiene la promesa de que nosotros mismos podremos experimentar la resurrección en forma palpable, que se manifiesta en una vivencia renovada del amor a Dios y al prójimo, la gracia necesaria para perdonar y la fuerza espiritual para llevar una vida consagrada a Dios.





