Este verano dos profesoras de nuestros colegio han vivido sus vacaciones como voluntarias en Países en Vías de Desarrollo. Sara Serrano ha estado en Nicaragua con PROYDE, acompañada por otros tres voluntarios de nuestro Sector. Allí ha conocido a los responsables del Vicariato de Bluefields y terminado de concretar algunos puntos del proyecto.
Después de pasar unos días en el Instituto Pedagógico de La Salle, nuestra profesora de primaria ha viajado a la Región Autónoma del Atlántico Sur (Nueva Guinea y El Rama). Durante ese tiempo ha estado trabajando con niños y niñas en escuelas rurales que estaban realmente lejos del núcleo urbano, en algunos casos a más de seis horas.
También Sara ha llevado a cabo diferentes talleres con maestros sobre mediación en resolución de conflictos, inteligencia emocional, técnicas de dibujo, motivación, nutrición... En estas sesiones también han asistido padres y madres con los que se ha hablado de responsabilidad, autoestima, igualdad de oportunidades, hábitos saludables y la prevención de enfermedades tomando como punto de partida la nutrición y aportando diferentes menús partiendo de los recursos disponibles.
Gala de Vallejoha trabajado en Madagascar. Allí ha vivido en “La Maison de la Charité”, junto a las hermanas Carmelitas y veintisiete chicos malgaches con discapacidad, colaborando con ellas en sus tareas de servicio y cuidado. Además, ha trabajado en el diseño, fabricación y posterior explicación a voluntarios de Madagascar, de material para el desarrollo de las habilidades cognitivas, destrezas físicas y autonomía. El objetivo principal consistía en crear todos los programas y materiales con recursos autóctonos y accesibles para la gente del lugar, de tal manera que el uso del ordenador, por ejemplo, quedaba excluido
Las labores de las religiosas, siendo éstas de vital importancia, se ciñen a cubrir las necesidades básicas de estas personas, a quienes la falta de recursos económicos y la grave situación de injusticia social que se cierne sobre el país, han llevado a la exclusión y abandono.
Para nuestras dos profesoras ha sido una experiencia que cambia la forma de vivir, convivir, comunicarse, trabajar, comer, sentir... pero merece la pena vivirlo porque hoy más que nunca "Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo"