El pasado mes de febrero, la Biblioteca Lasaliana y el Archivo que se encuentran en la Casa Generalicia recibieron la visita de la superintendente para los bienes archivísticos y editoriales de la región Lazio, la doctora María Idria Gurgo.
Como consecuencia de la inspección y de un detallado informe de las obras que contiene, después de haber constatado la unicidad de las colecciones de libros y de fondos archivísticos conservados, la sobreintendente consideró justo dar inicio al proceso para la “Calificación de notable interés histórico” de nuestra Biblioteca que concede el Ministerio para los Bienes y las Actividades Culturales y de Turismo
Mediante este proceso se reconoce a nuestra biblioteca la importancia que la misma reviste en el panorama histórico y cultural italiano e internacional.
EL Arcchivo de la Casa Generalicia acoge libros de diversas publicaciones que entre los siglos XVII y XVIII fueron catalogados en el Índice de los Libros Prohibidos. El trabajo de los Hermanos a lo largo de los siglos han conformando la Biblioteca Lasaliana protegiéndola e incrementándola. Actualmente ha llegado a nosotros conteniendo toda la historia y los testimonios de los estudios y de las investigaciones realizadas por los Hermanos durante su vida.



que nos llevan a ser quien somos. Porque constantemente estamos eligiendo caminos, cómo usar el tiempo, qué palabras decir y cuáles callar, a quién dar cancha en la vida o no. Por eso, ojalá elijamos la vida. El camino de Jesús es paradójico. Muchos podrían pensar que se equivoca. Que si calla, si otorga, si elige crear menos polémica, si es prudente, si no va a Jerusalén, o si una vez allí acepta la mano que le tiende Pilatos… entonces seguirá vivo. Y por lo mismo, podrá hacer el bien. «¿Qué vas a ganar con eso, Jesús?, solo conseguirás que te maten» podría muy bien ser el comentario de alguno de sus más cercanos. Pero en su decisión hay una opción y una apuesta por la vida. No por una vida mediocre, sino por una vida vivida desde la libertad, la justicia y la búsqueda de la verdad. La resurrección de Cristo contiene la promesa de que nosotros mismos podremos experimentar la resurrección en forma palpable, que se manifiesta en una vivencia renovada del amor a Dios y al prójimo, la gracia necesaria para perdonar y la fuerza espiritual para llevar una vida consagrada a Dios.





