
El olor tan delicioso al llegar a las instalaciones de Joselin abrió el apetito y todos los sentidos para aprender la historia y el proceso de fabricación, desde la masa hasta el preparado, horneado y empaquetado. Al final, nos obsequiaron con un exquisito sobao de los que allí hacen.
Y también, disfrutamos con la visita al parque de bomberos de Villacarriedo, donde conocimos cómo prevenir los incendios, cómo apagar los fuegos, sus trajes, sus cascos y los camiones de bomberos donde pudieron subirse y hacer sonar las sirenas y tirar agua con la manguera.
Una vez terminadas las visitas, nos acercamos hasta la bolera de Selaya para hacer una parada y reponer fuerzas con los bocadillos que traían de casa. Y con esta convivencia terminaron un día lleno de emociones, diversión y alegría.