El Papa Francisco recibió el pasado 15 de mayo, festividad en la que la familia lasaliana celebra la designación de San Juan Bautista de La Salle por el Papa Pío XII como Patrono de los Educadores Cristianos, a un grupo de Hermanos, profesores seglares y alumnos de distintos países que, en la Sala Clementina del Vaticano, ponían cara a La Salle en el año del Tricentenario de la muerte del fundador.
El Papa Francisco quiso recordar la figura de San Juan Bautista de La Salle y llamó a “realizar con renovado vigor” su misión entre las jóvenes generaciones, anunciando a todos el Evangelio de la esperanza y de la caridad. Además, reconoció la labor de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, “que trabajan en la Iglesia con generosidad, competencia y fiel adhesión al Evangelio”.
El Santo Padre recalcó, fijándose en San Juan Bautista de La Salle como educador, que la educación es un derecho de todos, incluso de los pobres, y conviene no olvidar que el fundador emprendió reformas audaces de los métodos de enseñanza, por eso, instó a todos los que forman parte de La Salle que no se cansen de buscar a aquellos que se encuentran en las modernas “tumbas del desconcierto de la degradación, la dificultad y la pobreza”, para ofrecerles esperanza para una nueva vida, conscientes de que las formas de anunciar el Evangelio deben adaptarse a las situaciones concretas de los diferentes contextos.