El miércoles por la mañana los niños de cinco años fuimos de visita al jardín histórico de Puente san Miguel, no las teníamos todas con nosotros porque cuando íbamos por la autovía llovía un montón. Lo cierto es que cuando llegamos, aunque hacía mucho frío pudimos disfrutar tanto de la excursión como del parque.
En el jardín histórico vimos árboles de todas las partes del mundo, uno de los que más nos llamó la atención por su corteza fue el alcornoque, del cual se saca el corcho. Descubrimos que había un lago escondido al cual podíamos acercarnos pasando un pequeño puente para cruzar a la isla.
Nos encantó porque echándole un poquito de imaginación hubiésemos podido ser los protagonistas de muchos de nuestros cuentos favoritos, ya que el lugar esta lleno de magia y encanto. Después, fuimos a disfrutar un rato en un parque estupendo lleno de columpios, para volver al cole agotados pero con una sonrisa de oreja a oreja.
Ayer los niños de 4 años visitamos el Invernadero de La Encina.
Lo primero que vimos fueron las semillas de las plantas. ¡Se pueden plantar un montón de frutas y hortalizas! Después nos tocó hacer de detectives. Tuvimos que buscar margaritas y descubrimos que las hay de mucho colores, al igual que las rosas, pero con estas últimas hay que tener cuidado porque nos explicaron que tienen unas espinas que nos pueden hacer daño. Luego aprendimos que hay plantas que dan un olor especial, como puede ser la menta, lavanda… Las pudimos tocar con nuestras manos y se nos quedo un olor más rico… La última parte de la excursión fue ver distintos árboles frutales, algunos tenían naranjas y limones. Cuando nos íbamos, nos regalaron un cactus y una planta para clase, ahora nos toca hacer a nosotros de jardineros y cuidar y respetar las plantas.
Los niños de tres años hemos realizado nuestra segunda salida cultural .En esta ocasión hemos visitado en un primer momento el obrador de Gómez. Allí nos han enseñado como se hacen los bombones, pastel de hojaldre y croissant, los ingredientes que se necesitan para elaborar cada uno de ellos. Luego lo probamos y vimos lo rico que estaba todo.
Después seguimos hacía nuestra segunda visita: Golosinas Ceballos. Nos esperaban para recorrer juntos las instalaciones donde tienen almacenadas todo tipo de golosinas y chucherías. Vimos como estabancolocadas y clasificadas en diferentes pasillos y estanterías.
Regresamos en el autobús con un sabor muy dulce que nos ha dejado esta salida cultural, dando las gracias por la atención recibida, los obsequios y todo lo que hemos aprendido.
Durante el mes de febrero, Tania y Begoña, maestras de infantil, han realizado un curso-taller titulado Manejo de las emociones en el C.E.P. de Santander. Este curso las ha formado y dotado de conocimientos y herramientas teóricas y prácticas para tener mayor conocimiento de sus alumnos.
Han trabajado contenidos como el eneagrama de esencia, como herramienta de reconocimiento del comportamiento humano, a si como la identificación de cada esencia, para poder tener una visión mas amplia del conocimiento de los niños y han realizado ejercicios y dinámicas que ayudan al alumno a expresar y mostrar su esencia.
En la tarde de ayer los niños y niñas de 4 años hemos aprendido una nueva profesión: Geógrafos.
Primero hicimos un viaje hasta el colegio, pero no fue un viaje cualquiera, porque esta vez no lo vimos desde el patio, sino ¡desde el cielo!, pero también vimos playas, el Palacio de la Magdalena y hasta Disneyland París. Y todo gracias a los mapas. Pero aquí no se acabó nuestro tarde, nos quedaban muchas aventuras, entre ellas buscar un tesoro. Y..¿Qué necesitamos para buscar un tesoro escondido? Exacto, un mapa.
Así que hicimos un mapa de la situación exacta del tesoro y con él en la mano nos fuimos a buscarlo, tuvimos que tener en cuenta para orientarnos los puntos cardinales. Cuando encontramos el tesoro vimos que era una bola del mundo, porque los geográfos no sólo se encargan de hacer los mapas, sino de proteger el medio ambiente, ya que nuestros actos repercuten en él y para conseguir mantenerlo "sano" hay que cuidarlo y respetarlo. Al final, nos dimos cuenta que el tesoro que habíamos encontrado era el más preciado que podemos tener: el planeta.